(Y quizás también en el tuyo)
En el estudio de Sigma V Soul hay un muro. No es decorativo. No está hecho para fotos.
Es real. Y está vivo.
Cada vez que alguien se lleva un par, puede dejar una nota.
Un pensamiento. Una frase. Una línea escrita a mano.
Algo que diga lo que ese par le hizo sentir.
O lo que estaba viviendo en ese momento.
O simplemente algo que quiso dejar ahí.
No hay normas.
Solo verdad.
Algunas personas escriben agradecimientos.
Otras dejan confesiones.
Hay quien firma con orgullo.
Y hay quien no pone nombre, pero deja huella.
Cada nota que llega, la recorto, la pego en el Muro.
Forma parte del archivo emocional de la marca.
Pero no como una estrategia.
Como una forma de recordar que esto va de personas,
no de producto.
🧱 ¿Y si haces tu propio Muro?
No tienes que venir al estudio para formar parte.
Puedes empezar el tuyo.
En casa, en una libreta, en una pared vacía.
Un lugar donde anotar las cosas que te mueven.
Frases que no quieres olvidar.
Pensamientos que te activan.
Recuerdos que no quieres soltar todavía.
Motivos por los que haces lo que haces.
Hazlo a tu manera.
Pega tickets, dibujos, cartas, post-its.
Hazlo físico. Hazlo simbólico.
Hazlo tuyo.
Y si alguna de esas notas te pide ser compartida,
mándala.
Escríbela a mano. Hazle una foto.
Y envíamela.
Quizás acabe en el Muro de Iniciación del estudio.
Entre otras notas de personas que, como tú,
no compraron una zapatilla.
Empezaron un viaje.
No tienes que saber dibujar, ni escribir bien.
Solo tienes que tener algo que quieras dejar por escrito.
Aunque sea una sola palabra.
Porque a veces, lo más pequeño
es lo que más sentido tiene dejar en la pared.