En el proceso de tatuaje, tanto el delineado (outline) como el sombreado (shading) pueden ser dolorosos, pero la percepción del dolor varía según la persona. Generalmente, el delineado es descrito como más doloroso debido a la naturaleza aguda y precisa del trabajo con la aguja, que puede sentirse como una serie de picaduras de abeja.
El sombreado, en cambio, suele ser menos agudo, percibiéndose como un dolor sordo y constante. Este puede sentirse como una sensación de vibración profunda, y algunos incluso lo encuentran algo reconfortante. Sin embargo, la experiencia del dolor es muy subjetiva y depende de factores como la ubicación del tatuaje, el tipo de aguja utilizada y el estado mental de la persona durante la sesión.
Es importante tener en cuenta que el dolor del tatuaje también puede variar según la zona del cuerpo en la que se realice. Algunas áreas, como las costillas o el área cerca de los huesos, tienden a ser más sensibles y, por lo tanto, pueden causar más molestias durante el proceso.
Además, el relleno, que implica cubrir áreas más grandes con color, generalmente se percibe como menos doloroso que el delineado. Esto se debe a que el relleno se realiza con movimientos más suaves y rápidos, lo que puede generar menos molestias en comparación con el trabajo más preciso del delineado.
En resumen, aunque el delineado suele ser considerado como más doloroso en comparación con el sombreado y el relleno, la experiencia del dolor en un tatuaje es subjetiva y puede variar según la persona y los factores mencionados anteriormente. Si estás considerando hacerte un tatuaje, es importante hablar con tu tatuador sobre tus preocupaciones y expectativas para que puedan brindarte la mejor experiencia posible.