Cinco versiones del mismo diseño. Cinco realidades. Cinco formas de existir.
A simple vista, podría parecer que los cinco pares de un modelo de Sigma V Soul son iguales.
Mismo diseño. Mismo color. Mismo nombre.
Pero eso es lo superficial.
Lo que cambia no está en lo que ves primero, sino en lo que representa cada uno dentro del sistema del Ritual del Último Par.
Y una vez que lo entiendes, te das cuenta de que el diseño es el lenguaje, pero cada par cuenta una historia distinta.
Mismo modelo, distinta vida
En Sigma V Soul, cada modelo se fabrica exactamente cinco veces.
Cinco pares, numerados del 1 al 5.
Pero no se trata solo de limitar unidades.
Se trata de crear cinco experiencias distintas a partir de una misma obra.
Cada par tiene su propia fase:
- Encuentro
- Revelación
- Confirmación
- Consagración
- Leyenda
Y cada fase tiene su propio tono, su energía, su significado.
No estás comprando el mismo zapato.
Estás ocupando un lugar específico en la narrativa del modelo.
El código lo dice todo
Cada par está marcado con su número de fase: 1/5, 2/5, 3/5, 4/5 o 5/5.
Esa numeración no es decorativa.
Es un código emocional y simbólico que identifica en qué punto del viaje te sumaste al modelo.
- El 1/5 se entrega como la chispa inicial. Sin referencias. Sin contexto.
- El 5/5 se entrega como la leyenda. El cierre definitivo. El último paso.
Todo lo que ocurre entre medias —Revelación, Confirmación y Consagración— va completando la historia.
Y cada par lo hace desde su propia lógica, con su propio lenguaje.
Cambia la caja, cambian los detalles
Cada fase tiene diferencias en la presentación.
El Encuentro se entrega con la caja estándar de estudio, porque es el más inmediato.
El Leyenda se presenta con placa, numeración grabada, certificado y caja expositiva.
No es un lujo añadido.
Es una consecuencia natural del peso que carga ese último par.
Además, algunos trazos, ajustes o intervenciones finales pueden variar levemente en cada fase, según el momento del proceso en el que se pintó.
Porque no todo se repite.
Ni siquiera en el mismo diseño.
¿Entonces por qué se parecen?
Porque son hermanos.
Porque nacen del mismo gesto.
Pero como en toda familia simbólica, cada uno cumple una función distinta.
Si coleccionas una pieza Sigma V Soul, no solo estás comprando una zapatilla exclusiva.
Estás decidiendo en qué parte de la vida de ese modelo quieres estar.
Y esa elección cambia lo que tienes en las manos.
Cinco pares, cinco realidades.
No lo ves a primera vista.
Pero una vez que lo entiendes,
sabes que nunca más vas a mirar igual una zapatilla numerada.