Siempre he creído que cada paso que damos marca un antes y un después en nuestra vida. Caminar, moverse o avanzar, no es solo un acto físico: encierra un simbolismo profundo. Cuando decidí que en Sigma V Soul produciría solo cinco pares por modelo, me basé en esa premisa: el paso es inicio, es decisión y, a la vez, es destino. Y el número 5 —con sus referencias al equilibrio humano, a los sentidos, a la mano que pinta y al pie que pisa— define la esencia de cada obra que creo.
El número 5 como mapa
Si te fijas, el 5 aparece en muchos lugares de nuestro día a día: los dedos de la mano, los sentidos, los puntos cardinales (considerando el centro como eje). Para mí, este número no es casualidad. En Sigma V Soul, se convierte en un mapa simbólico para guiar la creación:
- Encuentro – el momento en que el diseño surge y se ofrece al mundo.
- Revelación – la fase en que el concepto empieza a hablar con claridad.
- Confirmación – ese punto en que la obra se consolida en su narrativa.
- Consagración – la consagración del diseño como pieza viva.
- Leyenda – la culminación, el último par que concentra el máximo valor simbólico.
Cada par —y cada fase— es una parte de esa transformación que, literalmente, se inicia en los pies.
Del simbolismo a la acción
¿De qué sirve tanta metáfora si no la llevamos al día a día? Justo ahí radica la idea de pisar con intención: al calzarte una zapatilla que forma parte de un ritual, estás recordándote que cada paso significa algo. Ya no da igual si caminas dos calles o si sales a una aventura más larga: lo que calzas es una pieza de arte que te acompaña y te conecta con tu propia energía de cambio.
Avanzar desde el núcleo
El cuerpo humano encuentra estabilidad en los pies. Cuando damos un paso, todo nuestro ser se pone en movimiento. La idea de la transformación es la misma: no se trata solo de cambiar el exterior, sino de empezar desde dentro —desde el núcleo— y proyectarlo hacia adelante. Por eso, en Sigma V Soul no verás una búsqueda de perfección vacía, sino un afán por plasmar la autenticidad y el viaje que cada uno decide emprender.
Tu propio viaje
Dicen que un viaje de mil kilómetros empieza con un solo paso. En mi caso, diría que empieza con cinco pares y la convicción de que cada uno narra una historia. Quizá esa historia te anime a lanzarte a un nuevo reto, o tal vez te recuerde que el camino no es recto, pero que cada bifurcación suma a tu experiencia. Lo importante es que, al pisar con algo que consideras significativo, te conectas con lo que de verdad te importa.
Cuando el pie y el arte se unen
En un mundo donde lo inmediato nos inunda, reivindico la lentitud del trazo y la reflexión de cada pincelada. Creo que la transformación no sucede de golpe, sino paso a paso. Y si esos pasos se dan con la conciencia de que el número 5 —por sus fases, su sentido y su simbolismo— guía un camino único, entonces esa transformación no solo es más auténtica, sino que deja una huella que nadie más puede replicar. Porque, sí, la transformación empieza en los pies, pero el impacto llega mucho más allá.