Justo al lado de mi mesa de trabajo, en el estudio de Sigma V Soul, existe un espacio diferente a cualquier otro: un muro tapizado de notas. Lo llamo “El Muro de Iniciación”. A simple vista, podrían parecer recortes de papel, recuerdos dispersos. Pero, para mí, son mucho más que eso: cada una de esas notas representa un puente emocional entre quien se llevó una de mis zapatillas y el proceso creativo que me impulsa.
Un archivo de emociones
Desde el primer día que alguien me dijo “oye, voy a dejarte un mensajito de agradecimiento”, sentí la necesidad de guardarlo en un lugar especial. Y así empezó todo. Cada vez que alguien adquiere un par de Sigma V Soul, la historia no termina en la entrega: se convierte en el comienzo de una nueva etapa. Las notas en el muro son la evidencia de ese viaje compartido. Son declaraciones, anécdotas, a veces simples frases de aliento o agradecimiento.
Lo increíble es que, aunque cada nota sea única, todas tienen un ingrediente común: genuina gratitud y emoción por haber encontrado algo que no solo calzas, sino que también sientes parte de tu identidad.
La retroalimentación que me impulsa
Siempre digo que pintar zapatillas no es un “trabajo” en el sentido estricto, sino un ritual creativo que me llena el alma. Aun así, todos tenemos días en que cuestionamos lo que hacemos. En esos momentos, me acerco al Muro de Iniciación y releo algunas notas. Es un recordatorio de por qué empecé, de que cada pincelada vale la pena cuando hace que alguien se sienta un poco más conectado consigo mismo o más valiente para pisar fuerte por la vida.
No voy a negar que a veces lloro un poco de emoción al leer frases como: “Tenía miedo a usar algo tan único, pero he entendido que usarlo lo consagra”, o “Este par me acompañó a mi primer evento importante como emprendedor”. Es increíble cómo un objeto tan común puede convertirse en un símbolo de fortaleza, de logros, de cambios interiores.
Una galería viviente
Algunos visitantes que llegan al estudio se sorprenden al ver ese muro. Lo llaman una “galería de testimonios”. Y es que, de algún modo, lo es. Cada nota es la obra de un nuevo protagonista, alguien que le da sentido al arte que yo propongo. Podría decir que mi función es pintar y preparar ese lienzo sobre el que, después, cada persona va a escribir su propia aventura.
Las historias plasmadas en los papelitos hablan de viajes, de momentos cruciales, de pequeños triunfos y de grandes sueños. Más allá de mi pintura, esas hojas son puro corazón. Ver cómo cada comprador se apropia del relato y lo hace avanzar es algo que no cambiaría por nada.
El impacto de tu voz
A menudo, subestimamos el poder de decir lo que sentimos. El Muro de Iniciación me ha enseñado la importancia de compartir palabras que, a veces, creemos triviales. Porque en cuanto dejas un mensaje en el muro, no solo me estás dejando ver cómo el arte impactó tu vida, sino que estás inspirando a cualquiera que entre y lo lea. Alguna nota puede generar un impulso en alguien que necesita un empujoncito para creer en su propio proyecto o para atreverse a usar unas zapatillas diferentes.
Cada nueva historia se suma al archivo emocional colectivo, uno que va creciendo y alimentándose con cada persona. Y cada una de esas voces termina creando un coro que me repite, día tras día, que Sigma V Soul no es solo mi marca, es también la marca de quienes apuestan por sentir, por contar y por transformar su paso en algo único.
Conclusión: seguimos escribiendo juntos
Cuando veo el Muro de Iniciación lleno de papeles de colores, con letras a mano, dibujos y garabatos, confirmo que pintar zapatillas es solo el inicio. Lo verdaderamente poderoso viene después, cuando cada uno las hace suyas y las incorpora a su viaje vital. Es un proceso tan íntimo, tan humano, que solo cobra pleno sentido cuando ambas partes se comunican.
Así que, si algún día decides hacerte con un par de Sigma V Soul, te invito a que dejes tu nota y la pegues en mi muro. Porque, créeme, aprendo y crezco con cada palabra tuya, y cada pedacito de tu historia me recuerda que lo que hacemos juntos puede trascender la moda y dejar una huella real.