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Diseñadores de zapatillas que eran más artistas que empresarios

Gente que transformó el juego no por hype, sino por visión


📐 Steven Smith

El arquitecto del diseño deportivo
Trabajó para New Balance, Reebok, adidas y Nike. No buscaba likes, sino resolver problemas reales del cuerpo en movimiento.
Sus diseños (como la Reebok Instapump Fury o las primeras NB 574) son pura ingeniería emocional.
A día de hoy, sigue diseñando como si cada silueta fuera una escultura para caminar.
Un outsider dentro de las grandes marcas.


🌀 Peter Moore

Diseñador de la Jordan 1 y del logo de Nike Air
Más allá del símbolo y del hype, lo suyo era el equilibrio.
No diseñaba zapatillas: diseñaba sistemas visuales que duraran décadas.
Creó íconos sin gritar.
Y luego dejó la industria para seguir dibujando en silencio.


🛠️ Tinker Hatfield

El arquitecto que no diseñaba para vender, sino para contar historias
Desde la Air Max 1 hasta la Air Jordan XI, cada modelo suyo tiene intención narrativa.
Tinker no repetía fórmulas: las rompía.
Sin él, la sneaker no sería una pieza de conversación.
La convirtió en manifiesto funcional.


🧪 Mihara Yasuhiro

El diseñador que deformó lo correcto
Fusionó zapatilla y escultura.
Sus suelas derretidas y proporciones mutantes no buscaban gustar.
Buscaban incomodar.
Porque el arte también es eso.
Una zapatilla suya no se usa: se interpreta.


🥾 Errolson Hugh (ACRONYM)

El ingeniero de lo invisible
Aplicó lógica de diseño industrial a prendas y zapatillas.
Colaboró con Nike sin convertirlo en campaña, sino en investigación.
Sus pares no están pensados para exhibirse,
sino para usarse como si el futuro ya estuviera aquí.


Por qué importa

En un mercado donde todo parece buscar viralidad,
estos diseñadores recordaron que una zapatilla también puede ser una idea.
Un trazo.
Un experimento.
Un cuerpo en movimiento con autoría.


Por qué Sigma V Soul está en esta línea

Porque aquí no se trabaja para el algoritmo.
Ni para el volumen.
Ni para el stock.

Cada modelo Sigma es una pieza pensada como obra funcional.
Con fases. Con intención. Con límite.
Cinco pares. Fin.

Porque lo que inspira no es el mercado.
Es la visión que no necesita explicarse.

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